lunes, 17 de diciembre de 2018

"Se acerca el invierno" (Juego de Tronos) - Reseña

La espada rota se le cayó de los dedos. Will cerró los ojos para rezar. Unas manos largas y elegantes le acariciaron la mejilla y se cerraron en torno a su garganta. Iban enguantados en piel de topo de la mejor calidad, y estaban pegajosas por la sangre, pero su roce era frío como el hielo.

Por si a algún alma desdichada le cabe la menor duda de lo que vamos a tratar hoy, sólo quiero remarcar la violencia de algunas de las escenas que vamos a analizar en esta sección, antes de tener que enfrentarme a más demonios de los que tocan. No quiero que se repita lo que, hará ya cuatro veranos, me ocurrió al visionar el primer capítulo que hoy reseñaremos con mi ya (hasta la saciedad) citado primo pequeño... de aquellas, con doce añitos en el marcador. Una vez más, perdón por restarte inocencia antes de tiempo, compañero... si es que alguna vez tuviste algo de eso.
Como habréis intuido por el título, con esta sección hoy iniciada daremos cabida a un nuevo espacio donde analizar, desde una metodología narrativa y cinematográfica, ciertos episodios de series televisivas que me llamen especialmente la atención. En este caso, trataremos el prólogo del drama político-fantástico Juego de Tronos, basado a su vez en la saga literaria de Canción de Hielo y Fuego del británico George R. R. Martin, cuyo primer volumen bautizaría esta adaptación televisiva. Inevitablemente, la primera entrega de estas reseñas tendrá que ser un poco más larga por explicar también la estructura general de la serie, los criterios de calificación que emplearé de cara a darle una nota simbólica a cada episodio y, en un enlace que dejaré a continuación, un breve análisis (de manos del incomparable Jaime Altozano) de la secuencia inicial que abrirá todos los capítulos, acompañada de ese frenético tema que ya forma parte del imaginario colectivo.
Sin más preámbulos, damos comienzo a la primera reseña de esta titánica macroproducción, con la vana esperanza de encontrar al final del túnel un rayo de luz en forma de conclusión satisfactoria... lo que sería, a estas alturas, una sorpresa agradable. Hago aquí una prevención (que me parece de cajón de madera de pino) ante cualquier incauto que sin haber visto la serie y con pretensiones de hacerlo en un futuro próximo se decida a leer mis reseñas, pues estarán todas ellas cargadas de SPOILERS. Intentaré, eso sí, no hacer escesivas referencias a episodios futuros en la reseña de este capítulo, centrándome en la trama del número de serie en cuestión que estemos analizando. ¡Arriba el telón!

jueves, 6 de diciembre de 2018

"Confrontación" (Jekyll y Hyde)

Se terminó, lo sé muy bien,
nadie sabrá jamás
la triste historia de Edward Hyde
y a quién mató...
No lo sabrán jamás.

Sólo verán lo trágico,
pero no mi gran labor.
La sombra del demonio
mató por siempre
mi buena intención.

¿Soy un buen hombre...
o soy un loco?
Sólo hay un paso
entre un ser bueno y uno...

¿Crees de verdad
que te daré tu libertad?
¿Piensas que me alejaré
de ti?
Si es así, óyeme bien:
estás en un error.
Tú jamás te librarás de mí.

Tú no eres más que una faz de un espejo,
cierro mis ojos y ya no te ven.
Soy cuanto ves, soy tu vivo reflejo,
mientras tú vivas contigo estaré.
Eres el fin de una atroz pesadilla,
eres el grito del que va a morir.
Al despertar, en paz podré dormir.

No hables de dormir, qué va,
no habrá un despertar.
Todo es un delirio
sin final.
¡Hyde se queda aquí!
¿Qué importa lo que hagas tú?
Sobrevivirá a cualquier mal.

Vas a morir, mi memoria te entierra,
tu solución es perder el control.
No me controlas, pues vivo en tu vida.
¡Tienes un alma, la misma que yo!
Vives en mí y jamás al contrario, 
vuelvo a ser yo tras tu danza mortal.
Celebraré tu desenlace fatal.

Viviré en ti para siempre...
¡No!
...con Satán dentro de mí.
¡No!
¡Sé muy bien que hoy y por siempre
ya nunca podrán
separarse Jekyll y Hyde!

¿No ves que se acabó? ¡Vas a morir!
No, yo no, ¡muere tú!
Muero yo y mueres tú.
Tú muere en mí, seré tú.
¡Vamos, Hyde! ¡Déjame!
¿No ves que tú eres yo?
¡No, no es verdad!
Yo soy tú, ¡tú eres Hyde!

¡No, nunca!
¡Sí, siempre!
Dios te castigue, Hyde...
¡llévate tu maldad y púdrete en el infierno!
Allí nos vemos, Jekyll...
¡Nunca!

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Cachorros guardianes

No sé si este será el título más apropiado para una serie de libros infantiles, pero de seguro tendrá mejor acogida que el ya sobrecargado "La Caja de San Patricio", blanco de burlas y comentarios ridículos en las cenas navideñas desde que comentara por primera vez dicho objeto mitológico más de una década atrás... Durante este tiempo, la historia del libro que empezase a escribir allá por unos dichosos once años ha experimentado una serie de cambios internos y ajenos a mi persona que ha terminado por difuminar la ya confusa silueta de lo que yo aspiraba a que fuera mi primer trabajo. ¿Realmente escribí una novela? ¿Llegó a interesarse alguna editorial? ¿Era de tan mala calidad que se negaron a aceptar su publicación una vez detrás de otra? ¿En qué punto nos encontramos ahora que parezco haber renunciado al proyecto de una vez para siempre?

No diré que tenga respuesta para todas esas (y más) preguntas que me acosan desde hace varios años, pero puedo tratar de arrojar algo de luz sobre un tema que empieza a acumular telarañas en mi, ya de por sí, empolvado escritorio. Comenzando, claro está, por el principio.