viernes, 6 de marzo de 2020

En cuarentena 1x05: El descenso de Skywalker (a los infiernos)

No creo que sea arriesgado afirmar que 2019 ha sido un año completo en cuanto a lo que nos ofrece la cultura pop: tres nuevas entregas del Universo Cinematográfico de Marvel, entre ellas la esperada conclusión de la milenaria Saga del Infinito; una última temporada de Juego de Tronos, serie que ha revolucionado por completo el panorama televisivo tal y como lo conocemos; el cuarto episodio de la única saga de Pixar que se puede permitir dar un golpe en la mesa con cada secuela, con la esperada y no menos rechazada Toy Story 4; la "opera nova" de Quentin Tarantino, Érase una vez en Hollywood, toda una elegía a la industria de los años 60 que muestra toda la pasión que el controvertido director siente por el séptimo arte; el renacer de Joaquin Phoenix como actor de culto con el Joker, película que a pocos ha dejado indiferente... y, para cerrar el ciclo, la última entrega de la franquicia por antonomasia del cine mainstream, que no sólo cierra una trilogía, sino toda una saga de nueve películas que diera comienzo allá por 1977 y se ha mantenido viva hasta nuestros días. Se trata de Star Wars: El ascenso de Skywalker, episodio noveno y último de la saga sobre la familia más importante de una galaxia muy, muy lejana.
Seré breve: la película ni me gustó ni esperaba que me gustara, pero superó con creces el abanico de vergüenza ajena al que esperaba exponerme en el producto que el inútil de J.J. Abrams, que físicamente parece un James Gunn de Hacendado, nos ofrecía en esta ocasión. Había asumido que, dadas las crudas revelaciones que mostraban los adelantos (por esa imperiosa manía de revelar medio argumento en el tráiler, todo sea dicho), asistir a la confirmación de que Jar Jar Binks era el auténtico enemigo a batir y líder indiscutible de los usuarios del lado oscuro de la Fuerza no me parecía del todo descabellado. Y ojalá hubiera sido así.
Revisando entradas antiguas me topé con un top 10 de cosas que no me habían gustado del capítulo final de El Hobbit, por lo que hoy os traigo en un mismo formato... espera, lo cierto es que si quisiera englobar en un ranking las cosas que no me han convencido de esta película un top 50 se me quedaría corto. Voy a tratar de ser un poco más general en esta ocasión, toca economizar palabras.
Por cierto, no tendré cuidado con los SPOILERS por una sencilla razón: os ahorraré el sufrimiento de tener que ver (o revisionar) la película.
Tranquilos, que también repartiremos al póster. Vaya tela.

10. Espera... ¿nos hemos visto antes? Dejaré mi reconocido fanatismo sobre Endgame para otra ocasión, pero no quería dejar pasar la oportunidad de comparar estos dos capítulos finales, igualmente esperados por la audiencia, para demostrar cómo creo que no se deben hacer las cosas. Adjunto imagen que resume a la perfección lo que quiero tratar en este primer punto.
El clímax del episodio presenta, por un lado, a Rey haciendo frente a un resucitado emperador Palpatine al frente de un ejército de sectarios sith, mientras la diezmada resistencia afronta un destino poco esperanzador frente al inconmensurable ejército de cruceros estelares (tranquilos, ya les llegará el turno a ellos) que sobrevuela el tenebroso planeta Exegol. Es en ese preciso momento cuando Poe Dameron (mi pobre Oscar Isaac... quien te metiera en este embrollo no te tenía mucho cariño, será una mancha en tu expediente difícil de pasar por alto), cuan Jon Nieve en la batalla de los bastardos, dispuesto a hacer frente en solitario a toda una legión, recibe una transmisión de voz que le invita a volver la vista atrás: naves procedentes de toda la galaxia, al son del tema principal de Star Wars, llegan a la batalla en el último momento para unirse contra la "Orden Final". ¿Os resulta familiar? Sólo ha faltado un "por la izquierda".
No es que limite la originalidad argumental más tópica hasta el punto de juzgar el recurso de los refuerzos llegando en el último minuto como una copia directa de Endgame, pues tenemos escenas similares en cualquier épica cinematográfica o televisiva que se precie (ahí tenemos Gandalf en Las dos torres y el ejército de Rohan en El retorno del rey, sin ir más lejos, por no hablar de las águilas), pero... en este caso, ¿no es un pelín descarado? Palpatine como Thanos al borde de la victoria, Poe como el Capi a punto de hacer frente él sólo a un ejército, Lando como Falcon anunciando que llega la caballería, todas las naves al son de la fanfarria de apertura como el ejército de superhéroes alineándose mientras suena de fondo el tema de los Vengadores, "yo soy todos los sith / yo soy todos los jedi" en lugar de "yo soy inevitable / y yo soy Iron Man", el villano deshaciéndose definitivamente mientras el héroe muere debido a la energía acumulada en su interior... ¿sólo es cosa mía? Para más información, adjunto un vídeo bastante completo al respecto (aunque está en inglés).
9. Incoherencias con el episodio anterior. Vale, hemos pillado que Los últimos Jedi no gustó a determinados fans y J.J. Abrams (director de El despertar de la fuerza, que abandonó la saga en manos de Rian Johnson para la segunda entrega, por si alguno desconocíais el factor) decidió hacer como que nada de lo ocurrido en dicho episodio es realmente canónico. Seamos serios: todas las decisiones narrativas tomadas en la película anterior son ignoradas, pasadas por alto o revertidas por completo. Nunca una película se esforzó tanto en reparar los "errores" de su predecesora (no entro en mi opinión respecto a Los últimos Jedi, me limito a juzgar cómo ha repercutido en su continuación). ¿Que los padres de Rey no eran más que unos borrachos que la dejaron tirada en Jakku? Hagamos que sean descendientes directos de Palpatine. ¿Que el rol de villano le pertenece ahora a Kylo por haberse cargado a Snoke? Traigamos de vuelta al emperador y devolvamos a Ren al plano de la ambigüedad luz/oscuridad. ¿Que Luke muere renunciando a su antiguo ideal sobre los jedi? Incluyamos una aparición fantasmal en la que pisotee todo lo que hemos visto de él en el capítulo anterior, destrozando cualquier opción a mostrar evolución narrativa. ¿Que Rose fue introducida como un personaje medianamente importante, chupando más cámara que los protagonistas? Releguemos su intervención en la película a escenas de elenco, y que sus aportaciones las haga algún nuevo personaje que nos saquemos de la manga. Podríamos llamar al actor de Merry en El Señor de los Anillos para tan ardua tarea.
Más mereciera la pena que la hubiesen eliminado de todo el metraje.
8. El ascenso del sable de los Skywalker. Pero lo que más me fastidia de todos los cambios que quisieron hacer respecto al film de Rian Johnson... es lo del maldito sable. Un sable que ya apareció inexplicablemente en El despertar de la Fuerza, después de ser el arma de Anakin que recogiera Obi Wan en Mustafar y le entregara a Luke en Tatooine veinte años después, perdiéndolo este en el duelo contra Darth Vader en Bespin junto con su mano derecha, lo que le obligó a construir uno nuevo con la hoja de color verde para el desenlace de El retorno del Jedi... bonito culebrón. Pues resultó que la tal Maz Kanata, de la que tampoco conocemos trasfondo alguno, que simplemente aparece en momentos puntuales de la trama de esta trilogía para salvar el día con revelaciones absurdas (véase la muerte de Leia o la revelación del supuesto contrabandista que llevó a la atroz trama del planeta-casino con Finn y Rose), que además de eso ha pasado de la neutralidad que mostraba en el episodio VII a ser una voz a tener en cuenta entre las filas de la Resistencia... en fin. Pues no se sabe muy bien cómo, pero consiguió recuperar el sable perdido, que por si no os quedaba claro se había caído por el reactor de una ciudad flotante, y entregárselo a Rey. Claro, ahora sabemos que antes de eso ya se le había entregado a Ben Solo para que completase su entrenamiento jedi antes de sucumbir al lado oscuro. El caso es que el sable termina sus días en la sala del trono del Líder Supremo Snoke, quebrado en dos por el tirón de la Fuerza que estaban ejerciendo sobre él Kylo y Rey.
PUES NO SE DESTRUYÓ, NO. Un poco de cinta de carrocero y listo, funciona. Queridos guionistas: si habéis establecido previamente durante gran número de escenas a lo largo de la saga que un sable tiene un funcionamiento extremadamente complejo, que cualquier cortocircuito puede hacerlo fallar... maldita sea, si Anakin pierde su primer sable en la fábrica de Geonosis por un fallo eléctrico, que sale echando chispas en primer plano; entonces ¿CÓMO, por la gracia de Dios, me intentáis vender que han arreglado el maldito sable con una maldita cinta? Y lo que es más importante, ¿POR QUÉ? Qué maldito sentido tiene que el sable sobreviva a los eventos anteriores si no va a ser determinante para que la trama continúe su curso. Tampoco es que el sable sea algo inherente a la identidad del personaje, quiero decir... no son las varitas de Harry Potter. Luke contó con dos sables en su haber, Obi Wan con tres, Anakin otros tres si contamos el que usó como Darth Vader, ¿por qué Rey tiene que estar siempre unida a este? ¿Hay alguna escena acaso que precise contar con este sable en concreto para que surta efecto? Pues sí que la hay, sí. Y como no podía ser de otra manera, lo único para lo que sirve es para echar más mierda de Los últimos Jedi: la del fantasma de Luke sacando el sable de entre las llamas, para redimir su criticado gesto con el que abría el capítulo previo, arrojándolo con desdén por un acantilado. No haré demasiada sangre con el factor de que un fantasma de la Fuerza, de repente, pueda sostener objetos con total naturalidad, pues ya hicieron bastante mofa los del How it Should Have Ended. Os dejo el vídeo.
Por rematar la faena, al acabar el episodio Rey nos aparece con una nueva espada, enterrando el de Luke/Anakin y el de Leia (que ahora descubrimos que también era jedi, incluso vence a Luke en un flashback) en el desierto de Tatooine. Tanta guerra dio la espadita para acabar cogiendo hongos en el subsuelo (si Anakin levantara la cabeza, con lo que odiaba la arena), o peor, para acabar en manos de algún Jawa renegado. Además, si nos querían vender que Rey es el Skywalker que asciende, adoptando el apellido de su familia de acogida, ¿no sería más lógico que se quedase con el sable que, por puro fetiche de los guionistas, ha permanecido en la familia durante generaciones?
Tan fuerte no sería el vínculo con el sable si ya tenía otro en la recámara, ¿no?
7. Incoherencias con el resto de la saga. No me centraré demasiado en justificar que el retorno del Emperador no tiene ni un ápice de lógica, ni dentro de la saga ni del cine en general, porque me parece de sentido común; prefiero tocar ciertos aspectos no tan evidentes, pero igualmente insultantes. Así que, mentando a Jack "el Destripador", vamos por partes.
El líder supremo Snoke pasa de fiambre a ser un jodido clon de Palpatine, una criatura genéticamente modificada que servía como una suerte de recipiente para la conciencia del ex-canciller, hasta el punto de encontrarnos al iniciar la película con un tanque de bacta en el que flotan varios torsos idénticos a él. Vamos, que les sentó mal la reacción del fandom al desenlace que Rian Johnson dio al personaje porque "no han explicado su historia anterior" (como si Han Solo, Chewbacca, Yoda, Boba Fett, Darth Maul, Dooku o el propio emperador tuviesen una historia de trasfondo en el momento en que fueron introducidos, mire usted, no es un requisito para construir bien a un personaje) y le buscaron una solución rápida: el líder de la Primera Orden no tiene importancia alguna en la trama,más que como una marioneta del auténtico enemigo, que no es otro que Palpatine.
No sé si es la peor excusa que he oído en mi vida, pero le anda cerca.
Pongamos que, pese a estar sacado de ninguna parte (por otro lado, como todo en esta película), les compramos la idea. De este modo, se justificaría que Sidious lleva controlando a Kylo desde el principio: si Snoke fue quien le hizo abandonar la Academia de Luke, quien le atrajo al Lado Oscuro, ahora se nos revela que todo eran partes del plan maestro del lord sith. También implicaría que la Primera Orden no era más que un nuevo nombre para los últimos reductos del Imperio Galáctico, cómo no. ¿Estamos de acuerdo?
En ese caso, comencemos con las dudas. Si en el anterior episodio Snoke revela ser el responsable de la conexión en la Fuerza entre Rey y Kylo Ren, la ahora denominada "diada de la Fuerza" (puede que el único punto de la saga que aclara y no enmaraña toda esta locura de traer de vuelta a Palpatine, justificando el vínculo entre los protas con la de sus respectivos abuelos, lores del sith), fortaleciendo la misma durante Los últimos Jedi... ¿cómo es que Palpatine se sorprende y reconoce no tener ni idea de la conexión durante la batalla final? Esto aún hace más confuso el clímax de la película, donde el emperador pasa de suplicar a su nieta que le asesine para transferir su conciencia a un cuerpo más joven... a querer matarla él mismo, tras absorber el poder de la diada. Digo yo, por mucho que mejore su aspecto gracias a esa absorción de la Fuerza... ¿no seguiría teniendo más sentido el querer reencarnarse en Rey, que posee un cuerpo infinitamente más joven y ágil? ¡Si está que se le caen los dedos!
Para tener más años que el de Saber y Ganar, tiene unos impulsos de adolescente que son un primor.
Pasando a otro tema, hay un sinfín de puntos en los que no habrá reparado si no sois unos verdaderos fanáticos de la saga, pero dado que yo sí lo soy... podéis pasar al siguiente punto si no os interesan las discusiones entre frikis (tampoco sé qué hacéis leyendo la entrada a estas alturas, por otro lado). Por no tirarme aquí hasta el verano, las reduciré a tres: el tema de los Espíritus no es moco de pavo, se supone que Qui Gon Jinn fue el primer usuario de la Fuerza de la historia que logró hacerse uno con la misma, o así lo insinúan en La venganza de los Sith, y esto se debía a que era un jedi experimentado en determinadas facetas poco ortodoxas para la Antigua Orden (motivo, entre otros tantos, de que nunca obtuviese un puesto en el Consejo pese a tener el merecido rango de maestro desde hacía tiempo), y que se haya sabido hasta ahora solamente Obi Wan, Yoda y Anakin habían logrado aparecerse en forma de espíritu de la Fuerza. Pero ahora, de repente, todo Cristo puede comunicarse con Rey en la batalla final: Mace Windu, Ahsoka Tano, el caballero de Rebels cuyo nombre ni recuerdo... pero también Adi Gallia, Aayla Secura o Luminara Unduli, que en su mayoría eran entre jedi corrientes y mediocres, para nada relevantes en el canon de las películas.
Aprovecho para echar mierda de las remasterizaciones. Poco pinta Anakin de joven en esta escena.
Luego está lo de la velocidad de la luz, que no se sostiene por ningún sitio. Quiero decir, siempre se ha dicho que no se puede saltar al hiperespacio si la nave en cuestión se encuentra demasiado cerca de un centro gravitacional como lo es un satélite o un planeta (razón por la que la flota rebelde tiene que salir al espacio para huir de Darth Vader en Hoth en lugar de despegar directamente con la hipervelocidad, al comienzo de El imperio contraataca... claro, que Poe Dameron no debe haber visto esa película). Ni si quiera se sostiene con la propia trilogía de la que forma parte, porque en la peli anterior la Primera Orden se jacta de ser, gracias al crucero estelar de Snoke, la primera institución en poder rastrear naves a la velocidad de la luz, algo impensable hasta entonces. Sin embargo, ahora se nos presenta a una infinidad de cazas TIE siguiendo a Poe a través de varios saltos hiperespaciales, como Pedro por su casa.
Por rematar el punto, ¿qué sentido tiene que la República mandase instalar un chip en los droides de protocolo para no poder pronunciar la lengua sith... si creían que los sith se habían extinguido hacía un milenio? Eso sin contar con que a C3PO le construyó un Anakin prepuber con los recambios que pilló por casa, en un país fuera de la jurisdicción de la República, pero bueno.
Al menos esa trama sirvió para que salga Babu Frik, de lo poco que me ha gustado de la película.
6. Incoherencias de sentido común. Incluso en código Morse entenderéis que estas cosas me saquen de quicio, así que ahorraré combustible: Exegol, planeta desconocido cuyo acceso es tan complejo que requiere de un rastreador especial que únicamente cuenta con dos ejemplares en toda la galaxia. Hasta ahí, todo coherente. Entonces Palpatine abre la boca y todo se va al garete, claro. La barata excusa de que lleva décadas escondido en la otra punta del mundo para tratar de justificar su repentina reaparición la invalida él mismo... cuando nos presenta su humilde flota, con más cruceros estelares de los que jamás se vieron ni en la Era de la República, ni en la del Imperio, ni en los sueños más húmedos del Gran Moff Tarkin. Claro, el emperador está allí sólo, aislado (me siento generoso, pasaré por alto esa suerte de coliseo subterráneo plagado de supuestos sectarios sith genéricos que ni se pronuncian en ningún momento ni se explica de dónde han salido), salvo por el medio millón de constructores, trabajadores, pilotos, oficiales y soldados de asalto que habrá necesitado para levantar semejante ejército de naves. En esto ya bebo de la mítica reseña que hizo Lou en su canal, pero... ¿esa gente tenía que andar rulándose los dos holocrones cada vez que querían acceder allí desde sus respectivas casas? ¿Eran acaso todos nativos del planeta, supuestamente dejado de la mano de Dios, entre los que casualmente se encontraban expertos pilotos y soldados experimentados, o cómo va el tema? No recuerdo las palabras concretas que usan en la película, pero definían Exegol como una especie de círculo retroalimentado por el propio Lado Oscuro y su maleficencia, no como un planeta al uso. ¿Tenía entonces recursos para permitir la vivienda, alojamiento y formación de tantísimas personas durante... cuántos años? Porque el Imperio desapareció hace medio siglo, según El despertar de la Fuerza. Los oficiales que pilotan la flota deben de ser los nietos de los últimos soldados del imperio, como poco...
Claro que sí, campeón.
Luego están los rebeldes galopando en alpacas por encima de un crucero estelar, poco más que añadir.
Lo del oxígeno a esa altura ni lo mencionamos.
Ni qué decir tiene que la trama del puñal sith no tiene puto sentido, Rey decide colocar el cuchillo cuya forma supuestamente indica el lugar donde ir a buscar el segundo holocrón en determinada dirección, porque sí, en base a que le salía del sable (del de luz, tranquilos). No hay ni un punto de referencia, ni unas instrucciones determinadas, ni una pista acerca del paradero: únicamente el puñal, y aterriza en esa parte del planeta como podía haber aterrizado en la punta contraria. Como si yo tengo un mapa y lo decido mirar en la orientación que a mí me apetece, contando los pasos desde donde crea conveniente, y parando donde me sople el aire más fresquito. Luego tenemos el factor de que traten el cuchillo como una reliquia milenaria escrita en una lengua muerta, pero el contorno debe encajar con los restos de un crucero destrozado en la batalla de Endor no hace ni cincuenta años (el final de El retorno del Jedi). Pero... ¡eh, miradme, soy una mujer fuerte e independiente!
Y me quedaba espacio para hablar del X-Wing de Luke y su oportuno buen funcionamiento después de llevar cogiendo humedad desde el año catapún, pero lo dejo para otro día.

5. O aportas, o apartas. Cito a mi primo para poner las cartas sobre la mesa con una cuestión de vital importancia: ¿qué tienen en común DJ, BB-9E, Jannah, D-0 y Zorii Bliss? ¡Exacto, que a todos nos importan una mierda! He hecho un esfuerzo por no incluir al general Hux, la capitana Phasma o la almirante Holdo, pero qué queréis que os diga. Servirán para rellenar pósters muy chulos y todo lo que queráis, pero no entiendo lo que les lleva a copar tantos minutos de pantalla. De repente, les ha parecido buena idea que haya un topo en la Primera Orden y que no sea otro que Hux, el mismo que en el episodio VII intentaba poner los pelos de punta a las masas con un discurso de corte totalitaria que bien podría haber dado el propio Hitler. Pero claro, tiene envidia de Kylo, y eso es excusa para traicionar el orden establecido, renunciar al trabajo de toda una vida y ponerla en peligro en el momento de mayor delicadeza al que se ha expuesto la galaxia hasta el momento. Grande, Bill Weasley.
Si algo admiro es a un hombre fiel a sus principios. D.E.P.
Tardan unos diez minutos en darle matarile. ¿Y? Nos provoca una total y absoluta indiferencia la muerte de este sujeto. Tanto o más nos produce el descubrir que Chewbacca ha muerto en un fatídico accidente aéreo. ¿Por qué? Pues porque está cantado desde el primer momento que no ha ocurrido nada, y en la escena inmediatamente posterior te sacan al wookie en otra nave, quitando cualquier tipo de tensión emocional y tirándola al compactador de basura. Casi lo mismo que hacen con 3PO, después de que la película cree lo más parecido a un atisbo de emoción en el público cuando el androide está a punto de desactivarse... y mandándolo a paseo inmediatamente después. Si 3PO vivía o moría a los demás personajes les daba igual, por lo tanto, a la audiencia también; del mismo modo, viendo la reacción de Rey o Finn al ver la explosión de la nave donde iba Chewie, mostrando más remordimiento por no controlar sus poderes que por haber matado a su amigo, es un reflejo del sentimiento que crean en la audiencia. Lo duro de esto fue plantearme como espectador que, si Chewbacca realmente hubiese muerto a aquellas alturas, me hubiese provocado la misma indiferencia, habiendo sido uno de mis personajes favoritos de la franquicia. Qué triste...
El tema de los droides ya no lo entendí con el BB-8 malvado en la anterior película, ni lo entiendo con ese cono con una rueda que sale en esta. ¿Qué narices aporta a la trama? Además, cuando intentan justificar su aparición con que sabe dónde está Exegol, todo es rápidamente desmentido por el X-Wing de Luke que trae geolocalización y permite a la tropa prescindir de la información del robot. Es tan absurdo... quiero decir: si la razón primordial de que metáis con calzador nuevos personajes "cuquis", como los Porgs o BB8, es vender merchandising peeeeero en esta última entrega POR LO QUE SEA no ha cuajado demasiado bien... no veo qué más pueden aportar a la historia.
4. Fanservice mal entendido. Lo subrayaré para que se capte el concepto: hacer caso a la audiencia no tiene por qué ser una buena idea. La insultante omisión de Rose Tico, la reaparición estelar de Lando Calrissian en momentos que no tocan, la patente inutilidad de los caballeros de Ren... aunque bueno, estos últimos más que una respuesta a lo que quiere la audiencia me parece un emperre del director, que los coló en un par de flashbacks de la primera película, se retorció en la butaca cuando vio que los habían omitido en la segunda, y no sabía muy bien qué hacer con ellos aquí, así que aparecen pululando por pantalla de vez en poco. Al final resultaron unos inútiles, de hecho Kylo (bueno, de esas ya es sólo Ben Solo... sí, pretendía ser un chiste) se los carga en cuanto consigue un nuevo sable láser. Sí, el personaje que se presentó al mundo parando un disparo bláster con la Fuerza y que toreó al mismísimo Líder Supremo con manipulación mental (para más inri, ahora se sabe que Snoke era una suerte de reencarnación del lord sith más poderoso que jamás ha existido), ahora no es capaz de abrirse camino hasta el trono sin hacer la coreografía con la espadita de turno. Vaya, que Abrams podría haberse ahorrado el disgusto de meterlos a última hora, por poner un ejemplo rápido, diciendo que los caballeros de Ren en realidad eran los guardaespaldas de Snoke que Rey y Kylo mataron en el anterior episodio. De hecho, esa es de las pocas partes de la película anterior que agradó a todo el mundo, así habrían continuado la tradición de hacer caso a los fans de Twitter.
Un buen ejemplo del usuario medio de Twitter: amargado, imponente pero, en el fondo, inútil.
He mencionado lo de Lando por encima, pero no acabo de entender qué esperaba exactamente el fandom (por ejemplo el turras de Alexby, que anduvo llorando en internet durante meses después del capítulo anterior jactándose de tener suficiente criterio como para afirmar que debería ser borrado del canon pero, esta vez, parece que no han herido tanto sus sentimientos los agujeros de guion) de este personaje. ¿Realmente era necesario que volviera? Habéis prostituido el personaje de Leia todo lo que habéis querido (en parte porque murió Carrie Fisher, dudo que en vida le hubieseis sacado tanto jugo, mirad si no qué rápido escurrió el bulto Harrison Ford con su Han Solo), y tiene pinta de que Chewie y los droides seguirán dándoos dinerito a costa de la nostalgia por muchos años, independientemente de que cooperen o no sus actores originales (Kenny Baker y Peter Mayhew, los R2D2 y Chewbacca originales, ya pasaron a mejor vida antes de esta última película) ¿Pero Lando Calrissian? ¿Qué tiene que aportar a la trama Lando? Ya de paso, ¿por qué no traéis a los gungans del Episodio I? ¿O a los ewoks? ¿O resucitáis (otra vez) a Darth Maul o a Boba Fett? ¿De verdad es preciso estar recurriendo constantemente a lo que funcionó hace cuarenta años y desgastarlo hasta que la gente acabe asqueada? Parece que sí.
Aaaaaamigo, así que Lando en realidad era su padrA QUIÉN LE IMPORTA.
Y sí, amigos míos, después de haber imitado hasta la saciedad en las dos entregas anteriores a los episodios clásicos...
Y esto sólo en los 10 primeros minutos.
...los ejecutivos de Disney han decidido esforzarse por introducir una trama completamente original, que sorprenderá al espectador al no esperarse semejante desenlace. ¿Que a qué desenlace me estoy refiriendo? ¡Pues, cómo no, al filetazo!
Sale de la nada y no conduce a nada, pero ¿a que es bonito?
Lo que más gracia me hace son las expectativas de parejitas que crean a lo largo de toda la película con la mitad del elenco: Poe redescubre su pasado como contrabandista (algo para nada improvisado y muy buen planteado en el guion, cremita pura) y deja caer que le gusta una antigua compañera de trabajo; Finn insinúa al principio de la película su más que patente amor obsesivo por Rey, aunque al final conoce a una desertora que también le pone ojitos y se olvida de eso tan importante que tenía que decirle; Rey y Kylo se pasan la película forzando una relación sin química alguna y totalmente artificial, pero después de darse el beso final Rey tiene la visión de Luke y Leia, sin que su amor platónico aparezca por ningún lado. ¿Tantas ganas de imitar a El retorno del Jedi y no metéis el espíritu del villano redimido, que pinta más ahí que la intrusa de Leia? Os pisáis vuestra propia manguera.

3. Jugarretas de guionista perezoso. Si bien abundan en toda la trilogía, esta película se corona y nos confirma que a ellos mismos les gusta. Mirad, introducir nuevos poderes de la Fuerza por la cara es algo que siempre ha acompañado a Star Wars, pero que sean los que le dan la solución al propio protagonista es un recurso bastante barato. En El retorno del Jedi, por ejemplo, el emperador lanza por primera vez rayos de la Fuerza pese a que nunca hasta entonces se había visto a nadie ejecutar tal poder ni mencionarlo, pero sólo queda como una sorpresa más de los poderes del lado oscuro. Luke no vence a su padre con esos rayos, lo hace con la espada láser; Vader no derrota a su mentor con un nuevo poder, sino que lo arroja al vacío con sus propias manos (al parecer, con poco éxito). Lo de esta peli es escandaloso, pues los dos nuevos poderes que se presentan son los dos pilares del desenlace: comunicarse a través de la Fuerza teletransportando objetos y la curación. Que por cierto, si la Fuerza permite sanar cuerpos heridos e incluso al borde de la muerte... ¿por qué narices Palpatine no se arregla a sí mismo y deja de dar todo el asco, en lugar de andar buscando alguien en quien reencarnarse? Y una cosa es curarle la heridita del pecho a Kylo, pero si Rey estaba realmente muerta (citando a Lou, da que pensar que tanto Rey como Luke, Leia y Kylo Ren mueran "del esfuerzo") me parece de lo más gratuito que le pueda insuflar vida en base a la nada.
Reconozco que esta escena me gustó, aunque es sobre todo por Adam Driver.
2. "Lograr tan poco teniendo tanto" (flashbacks de el Hobbit). Como nunca me cansaré de repetir, el cierre de una trilogía debe tener un carácter eminentemente conclusivo, razón de más por la que presentar nuevos personajes salidos de ninguna parte, con mayor razón si van a contribuir a dejar un final más abierto, no deja de ser una idea arriesgada. No hay más que pensar en Infinity War o Endgame, donde el número de personajes nuevos introducidos se reduce a uno: el propio Thanos, que lleva en realidad manejando los hilos desde la primera película de Los Vengadores (para ser justos podemos contar cinco más, si añadimos a sus cuatro secuaces y a Eitri, el rey enano que ayuda a Thor a forjar su nuevo hacha, pero no deja de ser un terciario entre tanto superhéroe). La gente acude al cine a asistir al fin de una saga, o eso llevaban promocionando desde primavera de 2019: el fin de la saga de los Skywalker.
Teniendo esto en cuenta, ¿realmente es buena idea traer de vuelta al mayor villano de toda la galaxia, que tenía una conclusión satisfactoria establecida hace cuarenta años, y anunciarlo en los créditos de apertura sin haber dado pista alguna en ninguna de las entregas anteriores? No hay ni el más mínimo atisbo que evidencia que el emperador estuviese vivo, ni mucho menos de que tuviese algo que ver con la trama de estas últimas películas, ya sea a través de Kylo, de Snoke, ni muchísimo menos Rey. Ni qué decir tiene lo ridículo que suena que esta sea nieta de Palpatine, revelación que llevó a mi cabeza a salir del cine para tratar de discernir en qué momento el vejestorio se acostó con mujer alguna para engendrar al padre de la otra. Meterle a última hora ha sido un recurso de guion que catapulta a El ataque de los clones a la altura de El Padrino II, en comparación. Y canta demasiado que es algo que no tenían previsto hasta toparse con el gatillazo que para ellos fue en cuanto a recepción del fandom (pues en taquilla y en crítica no se vio perjudicada) Los últimos Jedi: Rian Johnson había decidido matar a Snoke y dejar a Kylo como el auténtico villano, y eso no encajaba con los planes de Disney, que necesitaban redimir en el último segundo al hijo de Han y Leia para que la historia tuviese un cierre de cuento de hadas. Pues mira, puedo llegar a entenderlo, pero no me parece del todo innavegable el panorama que dejó la última película si lo que quieren es lograr ese final feliz: Kylo podría ser quien parte la pana en el bando de los malos y acabar redimido igualmente, e incluso si realmente ven la necesidad de incluir un mandamás como el auténtico jefe final, ¿qué les impedía crear a un nuevo personaje que tuviese más coherencia, como el general Pryde que aparece en la película (interpretado por un grandísimo actor como lo es Richard E. Grant, por cierto)? Incluso poner de Líder Supremo a Hux hubiese tenido más sentido que traer del más allá al viejo lord Sith.
Por si no habíais reparado en ello, la imagen de Palpatine es la de un juguete. ¿No va nadie al timón?
Desde la misma campaña de promoción olía el desastre, desde el preciso momento en que publicaron el tráiler que cerraba con la risa del Emperador y, para más inri, contó en la convención donde fue proyectado con la presencia física del actor que lo interpreta, Ian McDiamird. Por si quedaban dudas de que fueran a cometer semejante estupidez. Luego tenemos las nuevas perlas que fueron apareciendo, como el bastón de sable rojo de Rey que resultó ser parte de una visión.
Eso sí, la campaña de promoción me parece digna del Nobel de Marketing en comparación al cenagal en que se están metiendo los meses después de haberla estrenado. Me imagino a Abrams y su séquito de guionistas preescolares haciendo asamblea, mientras piensan: "troncos, la película es una mierda, todo el mundo se ha coscado. El guion es un sinsentido incoherente consigo mismo y con el resto de la saga, ¿cómo lo arreglamos?". Y así surgieron declaraciones de prensa como las explicaciones sobre el regreso del Emperador, la concepción del padre de Rey, el origen de Snoke... todavía más descabelladas que lo que deja caer en la propia película. Que se acostumbren de una vez: si no has podido contar algo en la película, no intentes explicarlo después.
A esto le podéis añadir que, teniendo la opción de hacer un cierre épico con cameos de cuerpo presente de los fantasmas de Anakin, Obi Wan, Qui Gon, Mace Windu, Luke, Leia... se limitaron a grabar sus voces. Aspirar a tanto y quedarse desinflado hasta ese punto... imagino que sería por lo que cobran los actores, ¿no? Claro, será por el presupuesto, si ya me habían dicho a mi que Disney últimamente no gana para disgustos.
Del CGI de los chinos que usaron en esta escena mejor ni hablamos.
1. La historia de Darth Vader no sirvió para nada. Pero sin duda, lo que más me ha decepcionado de la película, de toda la nueva trilogía en general, y lo que me ha llevado a sentir auténtica vergüenza en mi butaca del cine de haberme considerado durante más de veinte años un profundo admirador de esta saga... ha sido lo que implica para la historia original. La trilogía que lo inició todo, que disparó la megaproducción de series de televisión, novelas, cómics, videojuegos y toda una nueva trilogía de precuelas que expandían y complementaban las aventuras de Luke Skywalker, la princesa Leia, Han Solo y compañía. Cada producto, cada nueva pieza del rompecabezas, no desprestigiaba el material original sino que contribuía a honrarlo, su única pretensión era la de reforzar una interminable cadena de amor por el cine y la ciencia-ficción en un tributo constante a una historia que nos había encandilado hacía ya medio siglo. Un argumento cuyo núcleo es la vida del antihéroe más célebre que ha forjado la narrativa contemporánea, uno de los mayores iconos de la cultura actual, de la mitología de nuestros tiempos: la historia del ascenso, la caída y la redención de Anakin Skywalker, el maquiavélico Darth Vader. Y entonces, llegó esta película.
La profecía, el legado de aquel que traería el equilibrio a la Fuerza, el camino del héroe que siguió Luke Skywalker en las primeras películas... no sirvió para nada. La redención de Vader estaba intrínsecamente ligada a la aniquilación del Emperador Palpatine, su vuelta al lado luminoso de la Fuerza era aquello que había puesto fin al dictador que representaba la mayor amenaza de la galaxia, su sacrificio y su muerte tras haber sucumbido a la tentación era el corazón de lo que realmente nos enseñaba Star Wars: que nunca es tarde para volver, que no porque alguien se aparte del camino haya que darle por perdido, que no hay crimen lo suficientemente atroz para no merecer la oportunidad de ser redimido, que el bien tiene que triunfar. Pero no triunfó. El Emperador pervivió, y quien ha puesto fin a dicha amenaza es un personaje sacado de ninguna parte, dentro de una saga obsesionada con evocar imágenes de la trilogía original que lo que realmente ha conseguido es desprestigiar su contenido y echar por tierra sus enseñanzas. La profecía era una patraña, Darth Vader murió en vano y todo es una mierda. Que os aproveche la nueva trilogía, ¡hasta más leer, miserables!

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